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La historia de nuestra Falla

Un origen incierto

El origen de nuestra falla es algo confuso en cuanto a la fecha en la que inicia sus actividades. Si bien desde el año 1930 hasta 1934 se plantan diversas fallas en lo que hoy sería nuestra demarcación, también es cierto que las personas que constan en las solicitudes y censos de que disponemos, son distintas y no tienen nada que ver con las que más tarde, en 1935-36 fundarían la que, en este caso sí, sería nuestra primera falla. Sin embargo hay algunos datos que son, cuanto menos, ambiguos.

En la Carrera San Luis, frente al núm. 8 (en el cruce de esta con las calles Organista Plasencia y Maestro Lleó) se planta una falla en 1930 siendo su primer presidente D. Manuel Moreno Bayona. Con sello de entrada del Registro General, en fecha del 25 de Febrero de 1930 remite un documento al Excmo Ayuntamiento de Valencia, solicitando autorización para ”erigir la precitada falla” que en su escrito solicitaba plantar.

A pesar de no haber podido obtener más datos del presidente ni de ninguno de los miembros de esa comisión durante esos primeros años, es curioso que, en el itinerario de fallas a visitar en 1930 aparezca esta falla como Organista Plasencia-Maestro Lleó y, justo antes, aparezca otra con el nombre de Carrera de San Luis. De esta última falla no hemos obtenido ninguna información, ni ubicación del casal, ni Fallera Mayor ni presidente.

En el año de 1931 D. Vicente Llopis Martínez, dirige escrito al Ayuntamiento de Valencia, sellado en el Registro de Entrada el día 2 de Marzo de 1931, donde dice que plantará una falla en la noche del 16 de marzo, en el mismo lugar. Tampoco sabemos si D. Vicente Llopis, en ese año, fue presidente de la falla o, simplemente el encargado de dirigir el escrito. Al año siguiente, en 1932 D. Vicente Monzó Guardia, como Presidente de la comisión repite una solicitud similar sellada el 28 de Febrero de 1932.

Ya como Presidente D. Vicente Llopis Martínez en escrito de fecha 23 de Febrero de 1.933 y 28 de Febrero de 1.934 respectivamente, solicita la misma autorización para instalar una falla en el lugar ya citado, demandando su inscripción en la sección segunda (como en los anteriores requerimientos).

En 1935 un grupo de niños y niñas plantan una falla denominada Barrio 14 de abril que es galardonada el 13º premio según consta en los archivos de Junta. La ubicación de dicha falla es en el cruce entre la Cra San Luis y la calle León XIII es decir, a escasos 30 metros de la citada en párrafos anteriores. Al año siguiente (y coincidiendo con la fundación de nuestra comisión mayor) se vuelve a plantar bajo el nombre de Falla Infantil Barrio 14 de abril-Cra San Luis. Según consta en un artículo del diario Levante con fecha 18 de marzo de 1936 (del que se extrae la foto siguiente), obtiene el cuarto premio de falla lo que supone un premio económico de 25 pesetas y estandarte.

Los primeros pasos y... la Guerra

Es en el año 1935, al principio del ejercicio 1935-36, cuando inicia su camino nuestra falla, bajo el nombre en aquellos tiempos de «Falla Carrera San Luis y Adyacentes«.

El primer presidente fue un gran valenciano, un hombre del barrio conocido familiarmente por todo el mundo con el sobrenombre de «El Tío Joano» (Juan Almenar Martí), que consiguió el sueño que tenemos todos los falleros: el de plantar una falla, tal y como hicieron aquellos primeros falleros dirigidos por su Presidente y que en el mes de marzo de 1936 plantan en nuestro barrio esa, que a día de hoy, se considera nuestra primera falla. La correspondiente solicitud (página 1 y página 2) la ubica en la Cra. San Luis en las confluencias de las calles Porvenir y Padre Tomás Serrano (hoy desaparecida). Afortunadamente su esbozo ha llegado hasta nosotros desde varias fuentes diferentes para que tengamos un recuerdo de aquel primer monumento fallero.

1936

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A falta de un casal fijo, las reuniones se realizaban en bares y casas particulares como el bar El Parral, el bar Vieta, la casa de Vicente Marco, …

Durante aquel ejercicio y en otros posteriores, una de las fuentes de ingresos era un baile que se realizaba los sábados y domingos en una era perteneciente a la familia Molina y que era cedido para dicho fin de forma gratuita. El lugar era conocido como El Cau Fallero y estaba situado en la parte trasera del actual número 2 de la C/ Tirant lo Blanch, anteriormente denominada C/ de las Fuentes. La intención de continuar con las actividades queda reflejado en el siguiente paso a dar: Había que iniciarse en los procesos asociativos y participar en las instituciones festivas de la época. Con ese fin, en abril de 1936, el secretario Hipólito Pérez solicita participar en el Comité Central Fallero nombrando como delegado y subdelegado a Vicente Sanchis y Emilio Robles. Sin embargo, estos primeros pasos de nuestra comisión, se vieron interrumpidos en julio de 1936 por el inicio de la Guerra Civil Española. Las trágicas circunstancias que tuvieron lugar a continuación, fulminaron la iniciativa de ese grupo de hombres encabezados por el “Tío Joano” y, por tanto, en los siguientes años no fue posible plantar nuevas fallas.

Un periodo de intermitencia

Hasta 1943 no se vuelve a plantar falla, siendo en dicho año cuando se planta una infantil ubicada en la Cra San Luis a la altura de la C/ Porvenir. Ignoramos quién formalizó la correspondiente instancia, ni quién fue el Presidente, aunque probablemente, la comisión se constituyera de manera informal y ni siquiera fuera dada de alta en las instituciones centrales. No obstante ello, un grupo de padres intentó que sus hijos participaran en la Cabalgata del Ninot montados en una tartana engalanada para la ocasión que pertenecía a D José Forriol. Su intento fue en vano, ya que los responsables del acto no les permitieron desfilar. Sorprendentemente en los archivos de JCF hay registros de dos monumentos infantiles plantados ese año en el barrio adjudicados por dicha institución a nuestra falla y, además, ambos obtuvieron sendos premios.

1943kbalninot

Esto constituye el detonante para que en el siguiente ejercicio se reconstituya la Falla de forma oficial. De nuevo, en 1944 con D. Juan Almenar Martí siendo Presidente, se planta una falla con la denominación de Cra. San Luis, Porvenir y Adyacentes. El presupuesto de dicha falla era de 5.800 Ptas y el lema “L’amor fon i serà el que de tots manarà”. Nuestro primer llibret data también de este año. Poemas dedicados a la Fallera Mayor, l’explicació de la falla y otros dedicados al presidente, a la esforzada comisión y un último verso dedicado… ¡¡¡al alcalde!!! Francisco Nácher Lluesa. Se trataba del alcalde pedáneo que, por cierto, sería posteriormente el dueño del gran cine del barrio: el Lido (posteriormente Rosiña). (¿quieres saber más sobre nuestros llibrets? Pulsa aquí).

Hasta 1947 no vuelve a plantarse falla. Con D. Blas Minguez Fambuena como su presidente, repitiendo la ubicación y bajo el nombre de Cra San Luis-Avd de la Plata, aunque las solicitudes oficiales continúa utilizando el nombre de Cra San Luis y adyacentes. El presupuesto se reduce a 5.300 Pesetas y su lema, “L’amor a hora fixa”. No hay que olvidar que estamos en la época de postguerra y el control sobre cualquier tipo de reunión por parte del régimen, era férreo. Era absolutamente obligatorio solicitar todo tipo de permisos para realizar cualquier actividad que supusiese la reunión de un grupo de personas. A lo largo de los ejercicios, se repiten los escritos cumpliendo el riguroso protocolo y disciplina, solicitando desde poder celebrar una junta, formar una comisión fallera o montar un casal (barraca fallera) para los días de fallas. En esta línea, disponemos de varios documentos en los que se solicita al Gobernador Civil los permisos necesarios para la realización de las juntas falleras de los meses de mayo y de junio. De este ejercicio nos consta también la celebración de un acto que, de una manera u otra, ha llegado hasta nuestros días: la primera cabalgata de Reyes Magos con que obsequiamos a nuestros vecinos más pequeños. Sus Majestades recorrieron la contornada montados en caballerías y acompañados de una carroza repartiendo regalos a los niños del barrio. Sabemos que ya existía comisión infantil porque en nuestro archivo documental, disponemos de su llibret, el primero infantil del que tenemos constancia. Por él sabemos que estaba compuesta por 12 niños y 11 niñas (además de la FMI). De forma semejante a lo que ocurre con el llibret del año anterior, resulta curioso leer los versos dedicados a todos ellos y, en especial, a la corte de honor.

Al finalizar el ejercicio, el Presidente y la junta toman una decisión digna de mención que, ya en aquella época, define el marcado carácter solidario de las fallas. Mediante un escrito al presidente de JCF se pide permiso para, con los fondos pendientes de liquidación de la lotería nacional del año (675 ptas), poder hacer una bunyolà a beneficio de los niños del Asilo de San Juan de Dios y un baile amenizado por una orquesta que se compromete a actuar de forma totalmente desinteresada y altruista. Dicho acto no se celebra por no recibir la correspondiente autorización, por causas que desconocemos.

En 1948, siendo Presidente D. Joaquin García Beltrán, la falla pasa a ubicarse a la altura de la vieta y Tirant lo Blanch. El coste del monumento sigue en aumento, asciendiendo a 7.300 Ptas y con el lema “Monaes”. Con el objetivo de obtener fondos, la comisión sigue organizando un gran número de verbenas populares. En este escrito se solicita la realización de estos actos durante todos los días del mes de julio (del 5 al 31). El documento que adjuntamos es de interés porque nos da el número de fallas plantadas oficialmente en Valencia ese año: 168.

De este ejercicio disponemos del primer programa de festejos del que tenemos constancia. Vale la pena dedicar unos minutos a su lectura: plantà el día 16, despertaes a las 6 de la mañana, bautizos «al estilo de la huerta» y «magnífico servicio de altavoces» son algunas de las perlas que nos brinda este documento. Y es precisamente en este año cuando al leer el contrato con el artista fallero, se incluye una cláusula para la participación de la comisión en la cabalgata del Ninot.

En 1949 preside la comisión D. Manuel Camps Cremades, la falla retoma su nombre original de Cra de San Luis y Adyacentes, nombre que, a pesar de los continuos cambios, se usaba incluso en solicitudes oficiales. Seguimos incrementado las cantidades dedicadas a la falla, 10.500 ptas en este ejercicio y con el lema “Parodia atómica”. La recogida de premios genera una de las fotos más emblemáticas de nuestra colección, la de la comisión en las escalinatas del Ayuntamiento de Valencia

1949ayuntamiento

Como curiosidad, hay que destacar que, de este año no existe constancia de la existencia de falla, ni censo ni boceto de falla infantiles ni, por otra parte, aparece registro alguno en los archivos de JCF. Sin embargo, en esta foto aparecen tres niñas vestidas de valenciana e incluso una de ellas, porta la banda de Fallera Mayor Infantil (???).

Manuel Camps, decide continuar adelante como presidente en el ejercicio 1949-50. Sucede entonces un hito al que, probablemente, pocos falleros de entonces darían la importancia que realmente tenía. En este momento se inicia nuestro largo viaje en el mundo del teatro fallero. Con el objetivo de recaudar fondos para la falla, se solicitan permisos para dos sesiones teatrales el 6 y el 22 de noviembre de 1949 en el Llar Fallero, en el número 22 de la calle Tomasos (¿Quieres saber más sobre nuestro teatro? Pulsa aquí).

Ocurre entonces un suceso que, para bien o para mal, cambiará el rumbo de nuestra historia: El 5 de noviembre de 1949, el número 36813 que jugaba la falla, resulta premiado con el PRIMER PREMIO de la LOTERÍA NACIONAL.

1949BilletePremiado

Lo que podría haber sido un motivo de alegría para el barrio (seguro que lo fue para muchos) y un impulso económico y social importantísimo para la falla, acabó como lo hemos visto acabar en tantas y tantas ocasiones. Falleros y vecinos a los que siempre se les guardaban boletos, se encontraron con que, por diferentes cuestiones que no entramos a valorar, se habían quedado sin sus papeletas. Discusiones, disputas y peleas se sucedieron con vecinos y entre los propios falleros. Como en las mejores familias, surgieron enemistades irreconciliables. Puedo dar fe de ello cuando más de 50 años después y en uno de los procesos de recogida de documentos gráficos, mantuve una entrevista con la viuda de uno de los implicados e, incluso entonces, hablaba con rencor de aquella falla y de la gente que entonces la formaba.

Se produjeron un gran número de bajas aunque el ejercicio siguió adelante, marcando un auténtico récord en el coste del monumento que pasaba a ser de 20.000 ptas (el doble que en el ejercicio anterior). Su lema: “Els llibres de moda El Quixot”. El llibret de ese año fue escrito por el gran poeta y dramaturgo valenciano D. José Peris Celda, autor entre otros de obras como «Nelo Bacora».

Por tercer año consecutivo Manuel Camps continúa de presidente. El coste de la falla, se reduce de forma considerable, quedando en 8.750 ptas, siendo su lema «L’egoisme» (curioso). Ese mismo año (no está clara la fecha, pudo ser en las fallas anteriores) un grupo de exfalleros planta una falla alternativa que representa a un personaje ¿con gafas?, coronado con unas hojas de higuera y forrado con un gran número de billetes de lotería. Una dura crítica que refleja el malestar de ciertos sectores del barrio con nuestra falla.

1950FallaProtesta

D. Manuel tira la toalla y en 1952, es Presidente D. Vicente Puchades Navarro. Es evidente el desencuentro con el barrio. La falta de apoyos es incuestionable. El lema de la falla es ya de por sí, una llamada de auxilio: «La replegà». Probablemente, la situación económica tampoco era del todo boyante y todo esto hace que su coste apenas sea testimonial, en dos años se ha reducido a 2.000 ptas. El mal ambiente es palpable y llega a su máxima expresión cuando, tras una serie de enfrentamientos durante la plantà y en la noche posterior, en la madrugada del 18 de marzo un camión embistió deliberadamente la falla y la destruyó. La denuncia interpuesta ante la Guardia Civil y la posterior resolución del juzgado, recogen los hechos.

Las secuelas de dicha situación no se hacen esperar y la falla… vuelve a desaparecer.

... y de nuevo, el fin

Todos estos desencuentros generan graves consecuencias, claramente apreciables en nuestra joven e inexperta comisión. Nuestra falla permanece disuelta en 1953 y sin visos de solucionar la situación. No es hasta 1954 cuando reaparece, pero solamente la infantil. En la normativa de Junta Central Fallera que se puede observar en el reverso del censo fallero del año, podemos observar en su apartado 1º que no podía existir una comisión infantil si no era autorizada por la mayor. Si esta condición no se cumplía (como era nuestro caso), sería admitida con la condición de ser «intervenida» por la propia Junta.

Para evitarlo, los responsables de la falla, pidieron a nuestros vecinos de Zapadores-Vicente Lleo que nos autorizaran para poder funcionar, cosa que hicieron al no haber constituido ese año su sección infantil. Si observamos el documento anterior, viene firmado por Francisco Chirivella Legua, presidente de la Falla Encorts (antiguo nombre de la falla Zapadores). Su lema era «Vixca Valencia” y obtuvo el 10º premio. Paralelamente aparece un registro en JCF que verifica otra falla infantil (no premiada) plantada por el vecindario en nuestro barrio. En nuestra participación en la cabalgata del ninot obtenemos el tercer premio de comparsas.

La situación se repite en 1955. Solo se planta falla infantil autorizada por Encorts obteniendo un 15º premio y repitiendo éxito en la cabalgata del ninot: 3r premio de carrozas.

1955 Isabelín Vidal
1955 Isabelín Vidal

 

Tras tres años en blanco, en 1.956 vuelve a constituirse de nuevo la comisión mayor, siendo Presidente D. Manuel Gimeno Sebastiá y bajo la denominación de Cra. De San Luis y Adyacentes. El coste de la falla es de 9.000 ptas y el lema, «Escenes de la Comissió». Fue un año especial ya que el día 22 de enero a las 11 de la mañana se celebró la presentación de la Fallera Mayor y su corte de honor mediante la representación del sainete “Un lacayo de profit”, original de D. José Campos Marte, en el teatro Alcázar de Valencia. Como veremos a lo largo de los años, uno de los rasgos distintivos de nuestra idiosincrasia fallera ha sido el de movilizar muchos de nuestros recursos y centrar esfuerzos en el desarrollo de las presentaciones, obteniendo en los concursos de Junta Central Fallera gran cantidad de premios.

Como es habitual en la época, se inicia el 1956-57 el 7 de abril con la instancia de Salvador Chiner Balanzá como presidente para solicitar la autorización de constitución de la comisión ante el Gobernador Civil de Valencia. El listado de componentes del escrito lo completaban un total de 26 falleros de los que a día de hoy (marzo de 2020), todavía permanece como miembro de la comisión el entonces secretario: José Molina. Lo que iba a ser un ejercicio más, se transforma en un galimatías económico difícil de resolver. Las dificultades con las que la junta se encuentra para conseguir colaboradores entre la vecindad y el comercio que contribuyeran a la financiación de la fiesta a través de las «tarjetas de abonado-protector» hace que el 2 de noviembre de 1956 y, recién pasado el ecuador del año fallero, se decida la disolución de la comisión. En el acta de aquella junta general se culpa de la situación a «la falta de ambiente fallero» en el barrio y a la dificultad de competir con un gran número de «fiestas callejeras que existen en la demarcación de esta falla». En aquella época habían proliferado fiestas en las calles más populosas del barrio: Porvenir, Plus Ultra, Más y Boher y la escasa tradición fallera del barrio no pudo competir con ellas.


Calle Porvenir engalanada para la fiesta de la Virgen del Rosario

Se presentaron ante la JCF los documentos solicitando la disolución y las cuentas hasta el momento, ofreciendo un saldo económico de 2.472 ptas que se repartieron entre diferentes entidades benéficas de la ciudad. El Cottolengo del padre Alegre, la Asociación Valenciana de la Caridad y el asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados fueron las beneficiarias. La Junta Central revisó los datos contables, citó a los responsables de la Falla en sus oficinas, envió la notificación correspondiente a todos los miembros de la comisión (algunos de ellos, deudores a los que se les  emplazó a saldar dichas cantidades) y, con fecha 12 de diciembre, certificó la «defunción» de nuestra comisión a falta de tres meses para fallas.

La Falla 114 y la generación del "baby boom"

Este nuevo parón es el más prolongado desde la guerra. Sin embargo el 20 de abril de 1959 y firmada de nuevo por Salvador Chiner, se presenta una solicitud de constitución junto con la autorización por parte de la falla Zapadores (por ser la comisión colindante) con el compromiso de no incluir en l’apuntà las calles de su demarcación. Dados los antecedentes, no creo que nadie en ese momento apostara ni un solo céntimo por la continuidad en el tiempo de la institución. Sin embargo, este ejercicio es diferente. La falla quedará censada con el número 114, registro que seguimos utilizando hoy en día y con el nombre de Falla de la Cra San Luis. El motivo: la falla no volvería a disolverse y prolongaría su existencia hasta la actualidad.

Escrito en nuestra genética fallera estaba ya el teatro. El centro cultural Ruzafa de la calle Sueca es el testigo de funciones teatrales en octubre y diciembre de 1959.

Por otra parte, el día 21 de febrero de  1960 se celebra en el teatro Alkázar la presentación de nuestra fallera mayor Vicentita Tárrega representando la obra «El neuratènic». A pesar de ser la segunda vez que celebrábamos este acto, queda instituido ya como oficial, solicitando los permisos expresamente para ese fin y enviando invitaciones para la asistencia de miembros de la Junta Central Fallera.

En el contrato con el artista fallero el 12 de noviembre, se concreta que «El perol de les quinieles» se plantará en el nº 66 de la Cra San Luis (un poco más adelante del Parral), una falla de 3ª B por un precio de 15.000 ptas. En la cláusula novena del documento, consta la siguiente condición: